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PERSPECTIVAS PSICOANALÌTICAS DE PAREJA Y DE FAMILIA
Autor: Ismail YILDIZ, MD, MSc., Psicoanalista. Miembro Titular de Asociación Psicoanalítica Colombiana (APC), Federación Psicoanalítica de America Latina (FEPAL) e International Psychoanalytical Association (IPA).
CONTENIDOS
CAPÍTULO I. ELECCIÓN DEL COMPAÑERO DE PAREJA
I.1. Introducción
I.2. Factores de vinculación según la visión sociobiológica y etológica de pareja y de familia
I.2.1. Solicitación de asistencia y la imploración infantil
I.2.2. La solidaridad en el combate y la vinculación por el miedo
I.2.3. El vínculo sexual
I.3. Los factores conscientes de elección del compañero de pareja
I.4. Los factores inconscientes de elección del compañero de pareja
I.4.1. Lenguajes y modos de interpretación en la pareja
I.4.2. El inconsciente y la elección del compañero de pareja
I.4.2.1. Datos psicoanalíticos iniciales
1- La especificidad de un tipo de elección conyugal
2- La elección referida a las imágenes parentales
3- Elección de objeto y pulsiones pregenitales
4- Elección conyugal y organización defensiva
I.4.2.2. Datos psicoanalíticos posteriores
1- Escisión, idealización y elección de compañero de pareja
2- Diferentes maneras de limitar la relación para mantener la idealización de un objeto bueno
3- Racionalizaciones justificadoras de la idealización
4- Elección de tipo de relación y lucha contra la depresión
5- Elección de un compañero de pareja como protección contra el riesgo de un amor intenso (more…)
PATOGÉNESIS Y TÉCNICA PSICOANALÍTICA
“El enfoque modular‐transformacional, en definitiva, nos propone, como aporte fundamental, diferentes formas de inscripción inconsciente posibles para cada uno de los deseos. Así, gracias a los desarrollos del inconsciente complejo (Bleichmar, 1997, 1999 y 2001), podemos superar la idea de la represión (básicamente, la represión secundaria) como única forma de inscripción de los deseos. Se abre, entonces, un amplio abanico de posibilidades en el que nos encontramos con aquellos deseos no constituidos, ya sea porque no se inscribieron originariamente en lo inconsciente o porque se desactivaron sectorialmente en un momento ulterior. Es evidente que esto supone un enorme reto en el trabajo analítico, ya que son pacientes en los que no hay nada que desvelar, nada de lo que entresacar un significado oculto. Es decir, no hay nada que des‐reprimir, sino algo que construir en la terapia”
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Formulación psicodinámica del caso
Resumen
La formulación psicodinámica del caso (fpc) parte de la perspectiva psicoanalítica para formular un caso clínico. Se refiere a la hipótesis del clínico tratante sobre los principales problemas del paciente, los factores que lo condicionan, el tratamiento planteado y su evolución. Las preguntas básicas a las que debe responder una formulación son los interrogantes básicos de la clínica:1) ¿qué le pasa al paciente (dimensión diagnóstica); 2) ¿a qué se debe? (dimensión etiopatogénica); 3) ¿cómo se trata? (dimensión terapéutica), y 4) ¿con qué resultados? (dimensión evolutiva). Debe incluirse como un anexo a la historia clínica de entre 500 y 1.000 palabras. En este trabajo se destacan los elementos de la teoría psicoanalítica que mejor permiten responder a estas preguntas. Se toman contribuciones que reflejan avances actuales del conocimiento psicoanalítico, sostenidos por una fuerte evidencia clínica y empírica, el Manual de diagnóstico operacionalizado, OPD2, el Manual de diagnóstico psicodinámico, pdm y la escala de niveles de funcionamiento de la personalidad (lpfs) de la Sección iii del DSM-5. Estos aportes convergentes son de utilidad para la fpc y han sido tomados como base para este trabajo. Se propone una guía para la formulación psicodinámica del caso que orienta en los contenidos que deben ser incluidos.
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Manual para la elaboración de una psicodinamia
DEBATES: Misoginia, psicoanálisis y subjetividad femenina
“Este texto intenta descifrar aquellos elementos del discurso de la Modernidad sobre la diferencia de los sexos que aparecen en las interpretaciones acerca de la subjetividad de las mujeres. Los escritos psicoanalíticos no solo dan cuenta de una lectura acerca de la subjetividad humana, sino también son el resultado de una interpretación por parte de un grupo de hombres y mujeres cuya subjetividad ha sido construida en los mismos parámetros que aquella de los sujetos investigados, esto es, en el seno de un sistema de sexogénero que define diferencias jerarquizadas entre varones y mujeres. Hay que agregar que el psicoanálisis, desde sus orígenes, ha quedado de preferencia en manos de profesionales de raza blanca, heterosexuales y pertenecientes a las clases medias o a la burguesía. La gran mayoría se ha adherido a la cultura dominante y, hasta muy entrado el siglo xx, no ha mostrado una perspectiva crítica con respecto a las creencias y estereotipos sobre hombres y mujeres construidos por el sistema patriarcal que se ha impuesto en nuestra civilización durante siglos.”
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PSICOANÁLISIS INFANTIL: perspectivas. Ricardo Rodulfo
La función política y no solo teórica del psicoanálisis de niños es dar por terminado, después de aprendérselo bien, el psicoanálisis tradicional. En fecha no unívocamente precisable, más o menos hace 50–60 años, el psicoanálisis de niños empieza su advenimiento cuando Winnicott practica, apoyado en su posición de pediatra, un giro: empezar de nuevo, desde la experiencia de estar con el bebé y con el niño, de asistir al desenvolvimiento del jugar. Decir entonces, que el psicoanálisis de niños tiene su punto de partida histórica en el historial de Hans es equivalente a festejar el 12 de octubre como el día del descubrimiento de América. Aquí y allá, descubrimiento tiene idéntica función encubridora a desconstruir
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René Kaës : Entrevista. Aparato Psíquico Vincular.
Ezequiel A. Jaroslavsky:
Marcos Bernard basado en sus hipótesis acerca del Aparato Psíquico Grupal, plantea extenderlo a todo vínculo humano denominándolo Aparato Psíquico Vincular, ¿cómo piensa esta propuesta y qué nos podría decir al respecto?
René Kaës:
Su pregunta me parece apropiada. Ruffiot ha utilizado en sus investigaciones el modelo del aparato psíquico grupal para aplicarlo a la familia y a la pareja; otros lo han utilizado para trabajar sobre la conformación de los vínculos y de las instancias de la realidad psíquica en las instituciones, como los equipos de cuidados médicos que tienen otros fines. Había propuesto esta extensión en 1976, pero agregándole la necesidad de tratar cada configuración del vínculo según su especificidad, y según su modo específico de acoplamiento (appareillage). Pienso que era también una preocupación que compartíamos con Marcos Bernard. Marcos ha sido un amigo muy querido y un notable lector de mis trabajos, él ha contribuido a hacerlos conocer en la Argentina y en el Uruguay, y también los de la “Escuela Francesa”.
A partir del momento en que busqué una extensión del modelo inicial he utilizado también este concepto, más abarcativo, del aparato psíquico vincular. Pero, si por un lado hemos avanzado en la construcción de una hipótesis psicoanalítica sobre la consistencia del vínculo, en tanto que lugar de una realidad específica, por el contrario no hemos avanzado mucho en el estudio comparativo de las modalidades de funcionamiento del aparato psíquico vincular en las diferentes configuraciones del vínculo. Una de esas dificultades reside, desde mi punto de vista, en el hecho, que ya lo había señalado con el aparato psíquico grupal, al diferenciar los organizadores psíquicos inconscientes y los organizadores socioculturales del grupo. No sabemos todavía articular bien, con precisión y rigor estos dos tipos de organizadores. Nos referimos frecuentemente al “contexto social y cultural” pero no disponemos todavía de conceptos útiles y eficaces para describir y comprender como se anudan y se diferencian, en las distintas configuraciones de los vínculos, estos niveles heterogéneos de la realidad.
Hay sin duda diferentes vías de acceso para tratar de ubicar el problema. En el curso de estos últimos años, he intentado aproximarme a ésta articulación proponiendo un hilo conductor en estos niveles diferentes: he pensado entonces, especialmente a propósito de las alianzas inconscientes, que las nociones de garante y de función meta podrían aportar algunas hipótesis no reductoras. He terminado una obra sobre “Las Alianzas Inconscientes”[7], pero pienso que habrá que retomar la cuestión en forma más especifica. Una de las cuestiones que obstaculizan es el método. Al pasar del diván al grupo, hemos creado un método de investigación y de tratamiento de la realidad psíquica, inaccesible para las prácticas habituales centradas en el individuo. En efecto las formaciones psíquicas que especifica la Gruppenpsyche[8], no son accesibles salvo por un dispositivo ad hoc.
A partir del momento en que hemos podido construir y utilizar el método de investigación (de la realidad psíquica en el grupo) hemos podido prestar atención y observar formaciones y procesos que podíamos experimentar y comprender. Hemos podido tener también una mirada crítica sobre las magníficas especulaciones freudianas a propósito de los grupos y de las instituciones. Pero no disponemos de algo similar cuando trabajamos en el nivel social, aunque esto no quiere decir que no hay nada.
Pienso que sería bueno proceder con una doble investigación: un estudio diferencial de las configuraciones del vínculo para poner a prueba lo que nos enseña el modelo del aparato psíquico del vínculo, tal como es pensado en la actualidad; otro trabajo es proponer una metodología y un modelo para pensar las articulaciones entre el campo de la realidad psíquica y el de la realidad social. Este trabajo pasa por un estudio epistemológico crítico de los modelos que han sido ya propuestos. Pero también transita por estudios clínicos que no se limiten a colocar conceptos, que como el gorro de dormir y los harapos de la ropa de cama (robe de chambre) del filósofo, del cual habla Heine, servirían para “tapar los agujeros del edificio del mundo” y de nuestra ignorancia.
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LA NEUROSIS en la obra de Freud
Por: Graziela Napolitano (coordinadora)
Universidad Nacional de La Plata – Editorial de la Universidad de La Plata
E-Book. ISBN 978-950-34-0993-0
ÍNDICE
Presentación. Gabriel Lombardi…………………………………………………….. 6
Prólogo. Graziela Napolitano.………………………..……………………… 9
Capítulo 1. Categorías clínicas y teoría psicoanalítica: puntuaciones en la obra de Freud. G.
Capítulo 2. Las neurosis antes de Freud.
Capítulo 3. La histeria en el psicoanálisis freudiano.
Capítulo 4. La neurosis obsesiva en la obra de Freud.
Capítulo 5. La fobia según Freud.
Capítulo 6. El problema del carácter en la economía libidinal de la neurosis
Capítulo 7. Histeria y neurosis obsesiva: dos historiales freudianos.
Capítulo 8. Neurosis infantil – Neurosis en la infancia: consideraciones sobre su tratamiento en la obra de Freud.
Capítulo 9. Neurosis de Transferencia, la neurosis del psicoanálisis.
Los autores
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Teorías psicológicas
Artículos de Interés sobre teorías de la salud mental (Sin revisión)
Guillermo Delahanty – Vicisitudes de la polémica de Anna Freud y Melanie Klein Una vida dedicada al conocimiento y a la ayuda psicologica del niño (A. Freud) Hay que quemar a Melanie Klein – (J. Laplanche) Barujel, Nora – Melanie Klein HOY TRES COMPONENTES DE LA IMAGEN INCONSCIENTE DEL CUERPO – J J NASIO EL ESQUEMA CORPORAL NO ES LA IMAGEN INCONSCIENTE DEL CUERPO REPORTAJE A S. BLEICHMAR QUE ES UN CASO – J D NASIO NARCISISMO PRIMARIO Y SECUNDARIO – NASIO NARCISISMO – H BLEICHMAR
Fuente: https://teoriaspsicologicas2.wordpress.com/g-articulos-de-interes/
Jacques-Alain Miller
El perdón a las ofensas
(Artículo publicado en el Blog de Lore Buchner: http://www.psicoanalisisinedito.com/2015/01/jacques-alain-miller-el-perdon-las.html)
El disparador para este texto es el último número de Charlie Hebdo, publicado una semana después del atentado al semanario, cuya portada lleva una imagen de Mahoma al borde del llanto, sosteniendo un «Je suis Charlie», mientras detrás todo es coronado por un «Todo está perdonado». JAM entonces se aboca a la cuestión delperdón. Resalta que en el psicoanálisis nunca se perdona, que de nuestra posición de sujetos somos siempre responsables, que no podemos disculparnos por nuestro inconsciente, que es allí donde somos también nosotros y más verdaderamente. Nada entonces te será perdonado. Hablará de la historia de Moisés, de la Corte penal internacional, de las dificultades para representar ciertas obras teatrales que se meten con la cuestión de la blasfemia. JAM nos dice que encuentra maravilloso que hoy las Luces conserven intacta su misión subversiva, y se pregunta cuánto tiempo pasará hasta que se solicite desmontar sus símbolos en la ciudad para no afectar a los creyentes, al tiempo que retoma las últimas declaraciones del Papa Francisco sobre el tema.
¿Por qué las terapias ineficaces parecen funcionar?
Esta (bastante mala) traducción al español es un resumen del artículo original “Why Ineffective Psychotherapies Appear to Work: A Taxonomy of Causes of Spurious Therapeutic Effectiveness”, de Scott O. Lilienfeld , publicado en inglés por http://www.latzmanlab.com/, y a disposición del lector AQUÍ.
Esta nota sirve como referencia orientativa para aquellos que no tienen conocimientos del idioma inglés.
Para quienes tienen la posibilidad, se recomienda leer la información el en idioma fuente.
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Why Ineffective Psychotherapies Appear to Work
Why Ineffective Psychotherapies Appear to Work: A Taxonomy of Causes of Spurious Therapeutic Effectiveness
Abstract
The past 40 years have generated numerous insights regarding errors in human reasoning. Arguably, clinical practice is the domain of applied psychology in which acknowledging and mitigating these errors is most crucial. We address one such set of errors here, namely, the tendency of some psychologists and other mental health professionals to assume that they can rely on informal clinical observations to infer whether treatments are effective. We delineate four broad, underlying cognitive impediments to accurately evaluating improvement in psychotherapy—naive realism, confirmation bias, illusory causation, and the illusion of control. We then describe 26 causes of spurious therapeutic effectiveness (CSTEs), organized into a taxonomy of three overarching categories: (a) the perception of client change in its actual absence, (b) misinterpretations of actual client change stemming from extratherapeutic factors, and (c) misinterpretations of actual client change stemming from nonspecific treatment factors. These inferential errors can lead clinicians, clients, and researchers to misperceive useless or even harmful psychotherapies as effective. We (a) examine how methodological safeguards help to control for different CSTEs, (b) delineate fruitful directions for research on CSTEs, and (c) consider the implications of CSTEs for everyday clinical practice. An enhanced appreciation of the inferential problems posed by CSTEs may narrow the science–practice gap and foster a heightened appreciation of the need for the methodological safeguards afforded by evidence-based practice.
Keywords
psychotherapy, effectiveness, science–practice gap, confirmation bias, illusory correlation, spontaneous remission,
placebo effect, regression to the mean, effectiveness, efficacy.
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Psicoanálisis y salud pública: entrevista a Éric Laurent
“El psicoanálisis debe formar parte de la sanidad pública”
El delegado general de la Asociación Mundial de Psicoanálisis defiende que este método sea más accesible para quien lo necesite.
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LA INTERVENCIÓN TEMPRANA EN PSICOSIS
La intervención temprana en la psicosis es, en realidad, una denominación que comprende varios tipos de intervenciones que pueden realizarse en diferentes momentos. La importancia de este tipo de intervenciones, se fundamenta en el hecho de que hace unos años se constató empíricamente, a través de diferentes estudios, que los pacientes que no habían recibido un tratamiento rápido o una intervención temprana, y en los que el inicio de éste se había demorado unos años desde que la persona había comenzado a presentar los primeros síntomas psicóticos, tenían una respuesta al tratamiento peor que aquellos que pudieron iniciar su tratamiento tempranamente. Estos estudios constataron que el desarrollo de programas de intervención temprana en estos pacientes presenta una serie de importantes ventajas, puesto que, claramente, supone una disminución del coste social, económico y personal asociado.
Sin embargo, en la práctica, no es habitual que se ofrezcan este tipo de intervenciones nada más aparecer la psicosis. Probablemente, una de las razones para que este tipo de programas no se hayan generalizado más en la práctica clínica se relaciona con el hecho de que la mayoría de las personas con esquizofrenia inician su camino hacia la psicosis presentando síntomas prodrómicos inespecíficos o síntomas negativos, mientras que sólo un 7% lo hace sólo con síntomas positivos. Sin duda, este hecho dificulta mucho la detección temprana de los casos. Tal vez por ello, al ingresar en una unidad de atención psiquiátrica, la mayoría de las personas atendidas presentan una duración de hasta 5 años desde el inicio prodrómico, sin que se haya detectado su patología, incluso a pesar de que en el último año ya podían presentar claros síntomas psicóticos. A este intervalo temporal en el que la enfermedad ya está manifestándose pero en el que aún no se implanta un tratamiento, se denomina duración de la psicosis sin tratar, o sus siglas en inglés DUP –Duration of Untreated Psychosis– (McGlashan, 1999) LEER MÁS… |
¡Feliz Día del Psicólogo!
Un cordial saludo para todos los amigos psicólogos en su día. Les dejo aquí el humor de un grande argentino: J.S.L. Quino.
Protejamos a los niños
Transtorno por déficit de atención (TDA o TDAH) y niños bipolares. Una infancia medicada.
Transtorno por déficit de atención (TDA o TDAH) y niños bipolares
(La información de esta entrada es un resumen textual del excelente artículo publicado en: Temas de Psicoanálisis, titulado: «La ideología de la neurociencia», y disponible completo en: http://www.temasdepsicoanalisis.org/la-ideologia-de-la-neurociencia-2/. Recomiendo enfáticamente su lectura, ya que contiene datos relevantes sobre el efecto nefasto de los psicofármacos en general, y sobre la medicalización de la vida cotidiana, en especial de la infancia)
En 1902 el inglés George Frederick Still, describió un tipo de niño que hoy denominaríamos inquieto y conductual; en sus palabras, niños que tenían erupciones violentas, destructividad y falta de respuesta a los castigos. El trastorno de déficit de atención surge fundamentalmente por las quejas escolares y solo una minoría de niños exhiben el trastorno en las entrevistas psiquiátricas (Whittaker, 2010 a).
En 1980 el DSM-III introdujo el trastorno de déficit de atención como enfermedad por primera vez, con síntomas cardinales de hiperactividad, inatención e impulsividad. Dado que muchos niños se inquietan y tienen la dificultad de mantener la atención en el colegio, el diagnóstico empezó a despegar.
En 1987 se aflojaron aún más los criterios diagnósticos en el DSM-III-R renombrándolo Trastorno de déficit de atención e hiperactividad. A continuación, Ciba Geigy financió a una asociación de personas afectadas del Trastorno “CHADD” (Children con trastorno por déficit de atención) quienes consiguieron, mediante un trabajo de lobby político pagado por el laboratorio, que el Congreso de los Estados Unidos de América, incluyera TDAH como minusvalía cubierta por el edicto de minusvalías educativas y que los niños optaran a servicios especiales financiados con impuestos federales. Acto seguido, las escuelas empezaron a identificar niños con este trastorno. De repente, los niños con TDA se podían encontrar en todas las clases de todos los colegios. El número de niños
diagnosticados se elevó a un millón en 1990 y dobló la cifra cada cinco años. Hoy hay tres millones y medio de niños en Estados Unidos tomando estimulantes para TDA, eso es uno de cada 23 niños entre los 4 y los 17 años está actualmente medicado con estimulantes.
[…]
Aunque la gente escucha a menudo que el TDAH es una enfermedad cerebral que normalmente requiere un tratamiento de por vida, la verdad es que su etiología es desconocida. La neuroanatomía del cerebro es normal y después de años de investigaciones clínicas y de experiencia con TDAH, “nuestro conocimiento de la misma es
especulativo”, explicó el panel de expertos del Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH) en 1998.
Así pues, vemos que no se descubrió nada nuevo que mostrara una enfermedad mental llamada TDA. Ha habido una larga historia de especulación en la medicina, según la cual, los niños extremadamente hiperactivos sufrían una disfunción cerebral de algún tipo. Es una idea razonable, pero la naturaleza de la misma nunca fue discernida hasta que en los años 80 la psiquiatría, simplemente con una firma, creó en el DSM-III una definición dramáticamente expandida de hiperactividad; el distraído “sieteañero” que andaba en su mundillo, de golpe, está ahora padeciendo un trastorno psiquiátrico.
Mecanismo de acción del metilfenidato
Con Rubifén un niño inquieto, que era un “pesado” en la clase y se movía demasiado, se silencia. El niño ya no habla tanto ni interrumpe el ritmo de la clase. Si se le da una tarea, como el hacer problemas aritméticos, el niño podría centrarse en ello perfectamente. Esto, que algunos han pensado que es una mejoría desde el punto de vista social, es la perspectiva que se muestra en los ensayos de eficacia de estos estimulantes.
[…]
Sin embargo, nada de esto revela que el tratamiento en el fondo ayude al niño. Los estimulantes funcionan para los profesores y quizá para los padres, pero, ¿realmente ayudan al niño? Aquí, desde el principio, los investigadores se han dado contra un muro.
Los niños con estimulantes sienten un disgusto intenso por tomar pastillas y, según el estudio multicentrico multimodal liderado por Jensen ―al que me referiré mas adelante― a los 8 años los padres también. Los niños de Rubifén (Jacovitz, 1990) se ven, asimismo, menos contentos de sí mismos y más disfóricos. En lo relativo al hecho de socializarse y hacer amigos, los estimulantes tienen pocos efectos positivos y una alta incidencia de efectos negativos. Varios investigadores han documentado el efecto clínico del Rubifén reduciendo la curiosidad del niño por su ambiente, disminuyendo su vivacidad y aumentando su aislamiento. Los niños de Rubifén a menudo se hacen pasivos, sometidos y aislados socialmente.
Otros investigadores informan del efecto sobre la imagen de sí mismo del niño que toma una medicación para funcionar de manera normal, como una imagen dañada por una percepción de ser malo o tonto si tiene que tomar una pastilla. El niño desconfía de su mente y de su cuerpo y de su propia habilidad de crecer y madurar, tiene que creer que las pastillas hacen un efecto mágico y le convierten en un niño bueno (Stroufe,19 73).
Cuando se habla de todo este rosario de efectos perniciosos, de que un niño se hace inseguro, solitario, lleno de complejos, y cuando se investiga si por lo menos este medicamento ayuda académicamente y le compensa obteniendo buenas notas nos encontramos que esto no es así. El ser capaz de sostener la atención en un test no se convierte en logros académicos a medio plazo. Este medicamento aumenta la capacidad en tareas repetitivas y rutinarias que requieren atención sostenida, pero en el razonamiento y en la resolución de problemas, en el aprendizaje, no parece tener un efecto positivo.
Al cabo de tres años, Jensen y colaboradores (Jensen 2007.) reportan que el uso de la medicación es un marcador significativo, no de resolución beneficiosa, sino de deterioro.
Asimismo, estudios ulteriores muestran que el uso prolongado de estimulantes no mejora la capacidad académica a ningún nivel (Whittaker, 2010). Otros metanálisis muestran que los síntomas cardinales de TDA ―impulsividad, inatención― empeoran en comparación con los que están sin medicar, con el añadido de que esa población está significativamente más expuesta a tener problemas conductuales de tipo oposicionista y disocial
Entra el bipolar
Después de una epidemia de TDAH llegaron noticias de que la depresión infantil estaba campando por sus respetos y, no mucho más tarde, en los años 90, el trastorno bipolar juvenil explotó en las narices de la opinión pública, en gran medida promocionado por el grupo del Mass General Hospital. Periódicos y revistas de información general explicaron este fenómeno como si fuera un nuevo descubrimiento científico de una enfermedad que estaba larvada y no descubierta. Hasta entonces, la enfermedad maníaco depresiva en niños era extremadamente rara y, aún así, la escalada de niños identificados con este trastorno fue tan fuerte que se multiplicó por 40 entre 1995 y 2003, tanto, que incluso los periodistas se empezaron a preguntar si era algo anormal.
Algunos científicos se preguntan si algo en el estilo de vida moderno no está empujando a niños a un estado bipolar que de otra manera no habrían tenido. Antes de la era psicofarmacológica era un trastorno muy raro y tenía una afectación de 1 cada 10.000. En 1945 Bradley afirmó que el trastorno maníaco en la edad pediátrica era tan raro que era mejor evitar el diagnóstico en niños; también otros autores lo sostuvieron hasta los años 70, que es cuando los estimulantes se empezaron a prescribir en masa (Whittaker, 2010).
Así, lentamente, empezaron a aparecer casos en la literatura. En 1976 Weinberg, neurólogo pediátrico, publicó en el American Journal of Diseases un artículo comentando que quizás el concepto de que la manía no ocurre en niños deba ser revisado para poder entender e identificar esta enfermedad. Este fue el momento en el que se descubrió la enfermedad. Revisó los casos de cinco niños pero no detalló que al menos tres de ellos habían sido tratados con antidepresivos o con Rubifén. Dos años más tarde, se publicaron una serie de nueve casos sin reparar que habían sido tratados anteriormente con estos medicamentos. Strober y Carlson (1982), en UCLA, mostraron que 12 de los 60 niños tratados se habían vuelto bipolares en tres años. La sugerencia de que la medicación podría haber influido quedó retorcida con el argumento de que la medicación lo que hacía era desenmascarar esta enfermedad latente, y este desenmascaramiento de la enfermedad bipolar enseguida despegó. La prescripción de Rubifén y de antidepresivos también despegó en los 90 y, paralelamente, la epidemia bipolar explotó (ver gráfico). http://www.temasdepsicoanalisis.org/la-ideologia-de-la-neurociencia-2/
Entre los años 1996 y 2004 el número de niños diagnosticados con esta terrible enfermedad se multiplicó por cinco, afectando a uno de cada 15 niños prepuberales en América. El descubrimiento de la enfermedad bipolar en niños pronto se aceleró. El número de niños agresivos y fuera de control admitidos en las unidades psiquiátricas, se disparo por todo lo alto.
Investigadores de Yale, (El–Mallakh, 2002) revisaron a lo largo de cuatro años las historias de 8.7ooo pacientes tratados por depresión o ansiedad y determinaron que aquellos que habían sido tratados con antidepresivos hacían una conversión a bipolar a un ritmo del 7,7%, es decir, tres veces superior al de aquellos no expuestos a antidepresivos.
En un estudio de seguimiento a los 10 años, Bárbara Geller (1982), de la Universidad de Washington, decía que la mitad de los niños prepuberales tratados por depresión, terminaron con un trastorno bipolar, lo cual nos lleva a la ecuación bipolar: si actualmente se tratan 2 millones de niños, crearemos aproximadamente 500.000 bipolares.
Tema recortado textualmente de: http://www.temasdepsicoanalisis.org/la-ideologia-de-la-neurociencia-2/ . La ideología de la neurociencia, por: Manuel Fernández-Criado. En: Temas de psicoanálisis, Núm 8. Julio 2014.
Lo transgeneracional, entre mito y secreto
El subrayado del término interpersonal comprende cabalmente temas usualmente mirados con prudencia
por el psicoanálisis clásico, tales como los de la realidad externa, el contexto, las interacciones entre las
personas, e implica la necesidad de utilizar conceptos nuevos o viejos, pero vueltos a ver bajo una nueva luz,
como por ejemplo, la identificación.
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Espiritualidad de consumo rápido, o « el bypass espiritual »
¿Alguna vez recurriste a tu espiritualidad para evitar enfrentar un aspecto doloroso de tu vida? ¿Dejaste pasar abusos en nombre de la compasión? ¿Te escudaste en tus aspiraciones más elevadas para evitar sentir celos o enojo, por considerarlas emociones “poco espirituales”?
A veces, ciertas prácticas y creencias no ayudan a elevarnos sino a evitar el costoso tránsito por el auto-examen y la auto-observación, a acallar la voz interior que nos dice que algo no está bien, a barrer bajo la alfombra conflictos y dificultades que piden a gritos ver la luz del día.
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Tu familia necesita sentido, Elisabeth Lukas (Reseña)
©Mariela Eula
Tal vez el talento de los filósofos/terapeutas especialistas en los males cotidianos del hombre resida en su capacidad para conmover a los lectores, aún cuando sus argumentos sean superficiales, poco coherentes, o confusos.
En el caso de este libro, se utilizan ejemplos desfasados, inexactos, o con errores conceptuales para sostener las tesis planteadas, como si estas y aquellos se hubiesen escrito improvisadamente y de forma poco reflexiva, dejando de lado aspectos cognitivos, motivacionales, y del desarrollo que – de haberlos incluido- le darían mayor seriedad a un texto plagado de consejos insustanciales. Porque, si de calificar esta obra se trata, tal vez la palabra «insustancial» sea la más adecuada.
Para el lector profano, Lukas acerca una serie de ideas y recomendaciones que dan lugar a desconcierto: no sólo evita definir con claridad términos centrales en sus planteos – como madurez, narcisismo, enfermedad mental, adultez, adolescencia, etc., sino que además usa indistintamente nociones que no son intercambiables, y que ponen en duda su agudeza académica en los temas que debate.
Para el profesional, por otra parte, todo lo antes mencionado se conjuga con un texto plagado de lugares comunes, frases hechas, clichés empalagosos, y los recursos discursivos propios de un programa de autoayuda para amas de casa desesperadas.
Cabe la posibilidad de que la traducción al español sea deficiente y propicie distorsiones graves del texto original. Si no fuera el caso, es posible también que el talento, la trayectoria y los conocimientos profesionales de Elisabeth Lukas se vuelquen con mayor atino en otros libros.
En este, sin dudas, no.